Primero: esto no es un fallo
El burnout no es pereza, ni debilidad, ni falta de disciplina.
Aparece cuando tu sistema nervioso estuvo bajo presión durante demasiado tiempo.
Si te sentís vacío, entumecido o agotado mental y físicamente,
es posible que tu sistema esté tratando de protegerte.
Cómo suele sentirse el burnout
- Falta de motivación, incluso para cosas que antes te gustaban
- Emociones apagadas o sensación de vacío
- Cansancio mental profundo
- El descanso no se siente reparador
- Todo parece requerir esfuerzo
No necesitás sentir todo esto. Con una o dos cosas alcanza.
Qué ayuda en esta etapa
El objetivo no es arreglarte.
El objetivo es permitir que tu sistema nervioso se calme y se reconecte.
1. Regulación muy suave
- Caminatas lentas, sin metas
- Duchas calientes o exposición al sol
- Respirar con la exhalación más larga
- Música suave de fondo
2. Placer neutro
La alegría intensa puede no aparecer ahora. Está bien.
Apuntá a cosas que se sientan apenas agradables o reconfortantes.
- Calor
- Movimientos repetitivos
- Texturas (mantas, agua, arena)
3. Una pequeña elección por día
El burnout suele venir acompañado de una sensación de encierro.
Una pequeña decisión diaria ayuda al cerebro a sentirse más seguro.
- Postergar una tarea no esencial
- Elegir cuándo hacer algo
- Decir “lo pienso y te aviso”
Suplementos (lista simple)
Son opcionales. Más no es mejor.
- Magnesio (noche): ayuda al sueño y al sistema nervioso
- Omega 3 (EPA): apoyo para el ánimo y la energía mental
- Rhodiola (mañana, opcional): energía suave
- Creatina: puede ayudar al cansancio mental y físico
Si algo te hace sentir más apagado o peor, suspendelo.
Cosas que suelen empeorar el burnout
- Exigirte más
- Aumentar la cafeína
- Intentar optimizar todo
- Convertir el descanso en una obligación
Señales de una recuperación lenta
- Aburrimiento en lugar de vacío
- Leve irritación o emociones que empiezan a volver
- Pequeños pensamientos espontáneos
- Menos rechazo previo a las tareas
Estas señales pueden incomodar. Son buenas señales.